La paz no le basta al pacífico
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Quizá evitar la confrontación sea clave para simpatizar en los entornos más áridos. Pero que tú seas pacífico no significa que la vida planee devolverte semejante favor. Creerlo, equivale a pensar que un toro no te embestirá, porque eres vegetariano.
Los evasores de la confrontación están condenados a relaciones perpetuas con patoteros empedernidos. Su furia sólo se duplica cuando los contrincantes (imaginarios) guardan silencio.
Cuando veas a un hombre con un arma, no lo abraces. Eso no impedirá que te dispare.