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- El enanismo es como ser negro.
- Pero ser negro no es un defecto.
- No, pero es una desventaja.
- ¿De qué hablaban tus amigos?
- No, nada, de enanismo…
- Ah, sí, el hombre más bajo del mundo se casó con una mujer normal, linda incluso. Y sí. Una podría llegar a enamorarse de un enano.
- ¿Vos decís?
- Digo y sostengo.
- Pensá que por autocensura un enano ni siquiera vendría a hablarte.
- Ah, sí, eso es verdad.
- Me acuerdo del enano de "No hay dos sin tres".
- Y de los comentarios del gay de Polino al día siguiente.
- ¡Qué asco!, ¡qué degenerado!
- Hay gente que merece enfermarse, que merece tener mil pestes.
- Yo con los enanos todo bien, pero nunca me fié de los judíos.
- Mirá que al final los que van a comerse el mundo son los chinos, en serio, no sobreestimes a los judíos.
- Los productos chinos son una mierda.
- Tendrían que ponerle barreras arancelarias, digo, para que los chinos de mierda dejen de asesinar la industria nacional.
- El problema del Estado son los negros, los chinos por lo menos producen algo.
- Si los negros siguen sacando beneficios del Estado se van a quedar con todo, ¿sabías que uno de cada 5 pesos que gasta un yanqui va para impuestos?
- O sea para los negros.
- Es la política del asistencialismo.
- Yo nunca fui minoría en nada. Ni siquiera en partidos políticos, a veces les envidio la compasión que provocan.
- ¿Quiénes?, ¿los enanos?
- Enanos, no, enanos nunca vi en persona.