martes, julio 25, 2006

Cómo comerse una nuez gigante

Tiempo de lectura: 55 seg.
Te tragas todos tus pensamientos, es que son vulgares, es que eres una migaja en una torta de chocolate que engorda tanto que no la puedes probar. Tú te sientes el rey del mundo. Tú te dices que si te has equivocado es porque estás muy por encima de la tarea que te fue asignada. Y tu abuelita desde el cielo sonríe. ¡Cómo te valoraba tu abuelita!, te dices a ti mismo. Ohhhh, abuelita querida, si tú me vieras mi padecer...

Pero sin más, que más da, te dices a ti mismo, y te hincas sobre la planilla sobre la que tantas veces te has hincado, te dices a ti mismo que si la vida es una ardilla te comerías ahora una nuez gigante. De un solo mordisco. Pero no se puede. Y debes revisar la planilla. No se puede abrir la boca tanto como para comer una nuez gigante.

Vitalidad, eso necesitas.

Así que te hincas sobre la planilla otra vez.. Te dices a ti mismo: “mi Dios santo”. Acto seguido te ríes de la nuez gigante que hace dos segundos habrías comido. Pero no, no existía. Si en vez de tener que revisar una planilla, tuvieras que revisar tres, acabarías con la certeza de que la nuez gigante existe y está dentro de ti.

La cosa es que no existe la nuez gigante.

Te concentras un segundo en el trabajo. Te ríes de ti mismo otra vez. Te dices a ti mismo “me compraré un auto un día de estos”. Acto seguido, te ríes mucho más de la idea de comprarte un auto que de la anterior de comerte una nuez gigante. Sigues trabajando. Pero en tu mente zumban distracciones de todos los colores.

Tienen jugo de abeja, tienen el polen de tu mente que te desaprueba en torrentes sanguíneos. Con calma. Hay amor sobre todas las cosas. Te acuerdas de tu abuelita otra vez. Miras hacia el cielo (como saludándola). Un día trabajarás en otra cosa.

Trabajarás a fin de cuentas, y no revisarás. No puedes ni debes hacer otra cosa, te pedirán que atestigües, y dirás que fuiste capaz de revisar lo de ayer. Tú eres alguien que conoce de memoria las dispersiones de una actividad idéntica en todas sus facetas. Pero tú debes revisar la planilla.

Tú debes revisar la planilla, y tú, sí, tú mismo la has escrito.