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Nunca supe a qué se referían con lo de "una mano lava la otra". Tras preguntar, aprendí que nadie lo sabe. Nadie lo admite, pero la diversidad de interpretaciones circundantes me demostró que nunca emitirás un claro mensaje valiéndote de este refrán.
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Mi tío se cuestiona si las papas vienen en bolsas congeladas prefritas, prontas “para calentar y servir”, ¿por qué no los boniatos?
Y yo me pregunto: ¿seguiremos tolerando esta discriminación a hidratos de carbono inocentes?, ¿acaso si los pinchan no les sale almidón?, ¿acaso si los cortan en rebanadas y los meten en el horno no acompañan al pollo?
Sé que los boniatos se sumarán a la revolución que emprendo, sé que recuerdan como las chips fueron de nabo y no de papa en el pasado.
La marcha del orgullo boniato no puede hacerse esperar.
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A una cuadra de 18 y Ejido está el bar El gaucho. A la entrada, Torraca mira por la ventana y toma apuntes. Todos los días. Mi sorpresa fue el jueves pasado, cuando caminé hasta el fondo del bar, y me topé con Núbel Cisneros. Ni comentaría lo inverosímil de su nombre, un meteorólogo que sus papás ya le ponen Núbel. Y los apellidos Torraca y Cisneros también sugerentes. Torraca suena a tormenta, o a una pobre urraca asediada por las precipitaciones. Cisneros, en cambio, suena a unos cisnes que pasean dulcemente por un lago. En clima seco. Lo maravilloso es que los dos meteorólogos vayan al mismo bar, a la misma hora. Convendrá pararse ahí, para premeditar, y errar casi siempre, qué ropa usar mañana.
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Para Pablo el misterio seduce. No se sabe qué pasó, la seducción aparece.
Rememoro instantes de intriga absoluta, y puede que sea cierto. Pero prefiero a la humanidad en su fase más silvestre, cuando se muestra como vino, y decidimos si la tomamos o no.
Y se lo digo a Pablo, pero él mantiene su idea. Ya hace unos dos años que le descubrió el fetiche sexy al ocultamiento de lo que no se sabe. Y hoy, en pleno 2006, agrega un dato que aportará a futuras generaciones:
- Cuando ponés una cosa y al lado su contraria, no hay cómo saber que premisa se quiere sugerir. Y ahí aparece el misterio.
Mmm, yo no sé. La vida es un misterio intrínseco, para que encima entre nosotros juguemos a la batichica.
